domingo, 28 de junio de 2009

Play my guitar

La música es el mínimo común denominador de todos.
Estilos diferentes, pero muchas veces nos unen inexplicablemente.

Él era meteorólogo y tocaba la guitarra en una banda, ella era profesora de violoncello en el Conservatorio.

Él la vió en un concierto y le pareció muy sexy verla con el instrumento entre las piernas.
Cuando ella terminó de cambiarse, él la esperó con un ramo de rosas en la salida de artistas. A ella le conmovió el gesto y cuando la invitó a tomar un café, no pudo darle un "no" como respuesta.

Charlaron se sonrieron, se miraron... Era el momento de intercambiar papeles, le propuso pasar a ver algúna vez su banda.

Ella no apareció hasta la segunda fecha... cuando hicieron un homenaje a Led Zeppelin.
Él era talentoso, a ella le pareció sexy, no pude resistir pensar lo que era capaz de hacer con aquellas manos...

Otra tarde más, otro café... y los agarró la lluvia al salir...

Él tenía su teoría... La pasión era como una tormenta:
Primero hay una especie de calma, como la charla en el café, luego comienza a soplar un viento algo agradable que en momentos te hace erizar la piel, las miradas, las palabras... se hace intenso, las nubes cubren el sol de la lucidez mental, las gotas comienzan a caer lentamente, así como los besos y los abrazos, que se intensifican cada vez más, luego sonaron los truenos entrecortan la respiración e inmediatamente se desata la tormenta.

Si no tenés un refugio ni tenés paraguas, te vas a mojar.

Y así los sorprendió el aguacero. Dos horas después estaban sacandose el frío, enredándo sus cuerpos al calor del fuego.

1 comentario:

la bestia dijo...

Me gustó mucho el texto, sinceramente. Tenés instinto literario, V. Pero eso no es novedad, ¿no? No, ya se había visto en otros posts.

¡Muy buena elección la de la profesión de meteorólogo! Jajaja, muy poco usual.

Muy, muy bueno.

Besos!